Como no me gusta tirar (para no generar basuras) ni comprar (difícilmente se encuentran muebles de buena calidad y materiales fabricados a nivel local), he convivido con ellos pacíficamente.
Ahora me alegro de contar con estos muebles y cosas viejas para poder decorarlos y practicar.
Con el taburete de cocina, pruebo a pintar con pintura a la tiza.
El canto de color verde, cada pata de un color y las gomas que soportan las patas de colores distintos.
Las patas son de metal y el asiento de conglomerado.
Lijo la tabla, pego un papel naranja de buena calidad con cola especial.
El papel no se pega bien en los bordes.
Tiro de cúter para eliminar los bordes rebeldes. Pinto donde he retirado el papel.
Por último, pego un trozo de cómic.
Es un homenaje al gran pianista Glen Gould.
Esta pequeña maravilla la he encontrado en un reportaje de EPS.
El cómic está editado en la editorial Astiberri.
El otro taburete, hermano gemelo del anterior.
Pinto la tabla con imprimación y pintura a la tiza.
Recorto caracteres japoneses (son manteles de papel que he conseguido gratis en el japonés de la Calle Monroy, en Salamanca).
Los pego con cola especial.
Con el taburete de plástico me animo a lijar el asiento.
La lija de papel es más maleable y dura más.
A mí me parece mucho más agradable.
Me apetece darle un toque flamenco a este taburete...
Lunares coloraos
(y una pata, de momento)
Una frase salaíta
Necesito rotuladores permanentes para otra frase que viene a cuento...
No somos perfectxs...
¡¡Ni falta que nos hace!!
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